sábado, 18 de octubre de 2008

PALABRAS DE ALIENTO

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.

Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serian inútiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.

Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando.
Pero la rana saltó cada vez con más
fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.

Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Moraleja:

1. La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día.

2. Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos.

3. Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.

Una referencia relacionada: " En los Estados Unidos de Norteamérica, en la NASA, hay un póster muy lindo de una abeja, el cual dice así: "Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no está hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe".

domingo, 12 de octubre de 2008

EL ARBOL CONFUNDIDO


Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era.

""Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves que fácil es?"

No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?".

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

-No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución.
No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo conócete, y para lograrlo, escuha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció.

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: -"Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros belleza al paisaje...Tienes una misión ¡Cúmplela!".

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto al ver a mí alrededor:

¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer?

¿Cuántos serán rosales que por miedo al reto, sólo dan espinas?

¿Cuántos, naranjos que no saben florecer?

sábado, 4 de octubre de 2008

CRECIENDO UN POCO CADA DÍA


Imposible atravesar la vida ... sin que un trabajo salga mal hecho,
sin que una amistad cause
decepción,
sin padecer algún quebranto de salud,
sin que nadie de la familia fallezca,
sin que un amor nos abandone...

sin equivocarse en un negocio.

Ese es el costo de vivir.


Sin embargo

lo importante no es lo que

suceda, sino como reaccionamos nosotros...
Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes,
vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza,

ni debilitamiento de voluntad,
ni pérdida de fe.


Uno crece

al aceptar la realidad

y al tener el aplomo de vivirla.
Crece cuando acepta su destino,

y tiene voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando y aprendiendo de lo que deja detrás...

construyendo y proyectando lo que tiene por delante.

Crece cuando se supera, se valora, y da frutos.
Cuando abre camino dejando huellas,

asimilando experiencias...

¡Y siembra raíces!


Uno crece cuando se impone metas,

sin importarle comentarios negativos, ni prejuicios,
cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes...

cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación,
sensible por temperamento... ¡Y humano por nacimiento!..
Cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas,
recoge flores aunque tengan espinas

y marca camino aunque se
levante el polvo.


Uno crece ayudando a sus
semejantes, conociéndose a sí mismo

y dándole a la vida más de lo que recibe....
Uno crece cuando se planta para no retroceder... cuando
se defiende como águila para no dejar de volar...
Cuando se clava como ancla en el mar

y se ilumina como estrella.

Entonces... Uno Crece